Mi Maestro

Tú fuiste mi gran maestro, Don Emilio, un maestro muy especial con la apariencia de cualquier otro maestro, pero guardabas grandes cosas que enseñar, grandes sueños que cumplir y muchas ganas de hacer de tus alumnos personas muy felices.
Recuerdo tu método, divertido y eficaz. A través de tus manos que fabricaban singulares personajes como una bruja, un niño, figuras geométricas...y a todos ellos les dabas vida, tus enseñanzas se convertían en historias llenas de misterio donde mi atención y mi imaginación se despertaban transportándome a otro mundo donde me formaba sin saberlo.
Aprendí de ti muchas cosas, el orden, la creatividad, que el esfuerzo y la diversión no están reñidos. Y sabías que cada uno de nosotros era especial porque supiste valorar nuestras carencias y nuestras virtudes y de ello sacar el máximo.
Por eso, Don Emilio, te he nombrado mi maestro, un modelo a seguir que sin duda en mi futuro deseo poder llegar a ser alguien como tú.