martes, 22 de enero de 2013

Para empezar...

En mi primera reflexión quiero empezar con la definición de literatura. Pienso que todo futuro profesor debería tener  siempre en mente; se trata del disfrute, del placer por leer y de adentrarnos en otras realidades, simplemente con una intención literaria. Con todo esto tenemos que saber diferenciarla de la paraliteratura, se trata se artículos con una intención didáctica y moralizante que pretenden enseñarnos algo, como por ejemplo, las fábulas.
En la literatura infantil podemos encontrar también los mismos géneros que en la literatura adulta, lo que nos permite tener una gran variedad de recursos para los más pequeños y comenzar a adentrarles en este mágico mundo. Estos géneros son el teatro, la poesía y la prosa.
Finalmente para tener  una idea general sobre lo que define un texto literario y que lo tengamos claro a la hora de elegir es lo siguiente:
Que posea una función poética o estética.
Que posea los tres géneros literarios.
Que tenga una intencionalidad artística.
Que trate elementos que no sucedieron realmente, es decir, la ficción.
Como futuros maestros una de nuestras misiones que tenemos que cumplir es dar clase de literatura, pero una buena clase de literatura. ¿Sabemos realmente lo que tiene que aprender un maestro para dar clase de literatura?
Un buen maestro tiene que ser creativo, atender a todas las necesidades de los alumnos y tener conocimiento acerca de la materia.
A lo largo de esta asignatura con Irune, todo esto lo vamos aponer en práctica, obteniendo unos conocimientos básicos acerca de estas cosas, y que con los años y la experiencia vamos a poder perfeccionar y aprender mucho más.
Para empezar, como hicimos en este bloque, como futuros profes, tenemos que saber elegir un libro adecuado y motivador para nuestros alumnos, que se adecue a la edad y momento evolutivo del niño y además que les produzca una gran motivación. En todo esto hay muchos elementos que tenemos que tener en cuenta para elegir un libro. Pienso que lo primero que debemos hacer es conocer a los alumnos, saber sus preferencias, con qué juegan… Posteriormente el aspecto externo, las ilustraciones, el tipo de letra, el tema que trata, los valores y contravalores que transmite, el lenguaje… Y todo ello para que el niño pueda disfrutar de un buen libro.
Estando en el colegio de prácticas con mi tutora de segundo de primaria pude comprobar si todas estas acciones se llevaban a cabo, y desgraciadamente no era así. Fue mi antiguo colegio, y estaban todos los libros que yo había leído, es decir, no se habían renovado, y en mi opinión los intereses e inquietudes de los niños van cambiando, aunque si que es verdad que un buen libro siempre lo va a ser por muchos años que posea.
Todas las mañanas antes de comenzar con las materias hacían lectura silenciosa, lectura en voz alta y posteriormente lectura grupal, un aspecto que me pareció realmente positivo. Pero me di cuenta de que todos los niños leían el mismo libro, por lo que pensé que quizá a algunos no les estaba gustando lo suficiente. Pregunté a la profesora acerca de la posibilidad de que los niños leyesen cada uno un libro diferente, pero me dijo que hacer un seguimiento de cada uno de ellos es realmente complicado y costoso.
Cuando terminaron ese libro hicieron una ficha de lectura en la que tenían que hacer un dibujo y redactar lo que más le había gustado del libro, aspecto que valoro positivamente aunque no realizaron más actividades. Llegó el día de la elección de un nuevo libro y no se empleó ninguna técnica para la elección de él, simplemente se repartieron. Al cabo de los días y mientras los niños iban leyendo me di cuenta de que este libro no era para nada adecuado con su edad, incluso la profesora tmbién se dió cuenta, aunque ya era tarde para cambiarlo; el vocabulario era demasiado complicado, había muy pocas ilustraciones y bastante grueso…
Pienso que esta realidad ocurre mucho en las aulas, y que pocos son los profes que verdaderamente se detienen y realizan un análisis del nuevo libro de lectura. En mi futuro como maestra quiero evitar todos estos errores, ya que la literatura es un mundo donde además de divertirse, los niños aprenden cosas sobre la vida, nuevos conocimientos, culturas, valores… y todo ello lo pueden obtener a través de unas hojas bien elegidas.

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